Durante el manejo de discos abrasivos para corte, se pueden presentar distintos problemas que, pese a todo, son evitables, una vez que fueron identificados.
Cabe señalar que hay dos distintas vertientes para este tipo de problemáticas, una que obedece ciertos puntos mecánicos y de características que pueden notarse hasta que comenzamos el trabajo, y otra que se inclina hacia el error humano.
Afortunadamente, la experiencia en el uso de abrasivos permite que los problemas más comunes del proceso de corte puedan ser identificados con cierta facilidad y, por ende, sus causas y sus posibles soluciones.
Comenzaremos por los inconvenientes que se relacionan con factores distintos a una mala práctica de los abrasivos.
Al comenzar a trabajar, evidentemente buscamos un corte limpio, recto y perpendicular. Sin embargo, en ocasiones, sin razón aparente, los cortes resultan con desviaciones.
Las causas de este tipo de problemas pueden venir de la máquina, si es que le falta mantenimiento a los baleros o la flecha está desgastada.
El problema también puede deberse a que el disco sea más duro de lo requerido o a que el material por cortar esté pobremente ajustado, lo que provoca que se mueva la pieza.
Para solucionarlo, podemos corroborar que el eje de la cortadora se encuentre en buenas condiciones. Si no es esa la causa, podemos optar por un disco más suave.
Si nada de esto funciona, es buena idea verificar que el material de trabajo esté fijado correctamente.
Otro de los problemas se presenta cuando la fricción genera que el material sobre el que trabajamos, se queme. Esto puede ocurrir por varias causas, pero hay que ver el panorama a profundidad.
Es conveniente revisar el disco para asegurarte que sea el adecuado, pues podría ser más duro de lo que necesitas, y si no existe alguna variación en él que haga que no gire adecuadamente, quizá en los baleros de la máquina
También puedes revisar que el disco esté correctamente colocado y que las bridas lo tengan sujeto de manera firme, sin más presión de la normal ni que quede un poco flojo.
La causa principal de este problema suele ser la baja potencia de la amoladora. Sin embargo, también puede deberse a que el disco abrasivo sea demasiado duro o que tenga un grano muy grueso, a que el área de corte sea demasiado grande o a que exista variación en el eje, como en los casos anteriores. Otra causa importante es que la pieza que vas a cortar no esté sujeta firmemente y se mueva al hacer el corte.
Sin embargo, las soluciones son verificar que la potencia y velocidad de la amoladora es la adecuada y, en su defecto, aumentarla, cambiar a un disco más suave y fino, adaptar que la zona del corte sea más acorde al tamaño del disco en relación al contacto y la presión ejercida, así como verificar las variaciones en el eje.
Como mencionamos antes, además de estos problemas, existen algunos que merecen ser mencionados, aunque son específicos de un mal manejo de los abrasivos.
Estas causas de problemas son comunes cuando los discos abrasivos son manejados por personas sin capacitación. Recordemos que este tipo de problemas son ocasionados por errores humanos y, por ello, vale la pena mencionarlos para evitar que, en el futuro, se cometan.