El rectificado es clave para la línea de producción de distintas industrias. La precisión en el trabajo define la calidad de los productos y mejora las ganancias para el negocio.
Sin embargo, una falla en el proceso puede ocasionar problemas como:
Todos estos problemas retrasan la línea de producción y aumentan el costo por unidad, lo que disminuye los ingresos.
Es fundamental realizar el proceso de rectificado de manera adecuada y eliminar los problemas y retrasos para asegurar la continuidad del negocio.
El proceso de rectificado requiere una preparación adecuada de la maquinaria y los materiales y precisión durante su realización.
Las quemaduras son un problema muy común en el proceso de rectificado. Debido al exceso de fricción, la pieza se sobrecalienta y sufre daños. Las quemaduras son fáciles de detectar y se presentan como oscurecimiento en la superficie de la pieza. La coloración no es uniforme, pueden presentarse manchas amarillas, azules o moradas, según la temperatura que haya alcanzado.
Si bien las manchas por quemaduras pueden eliminarse fácilmente al realizar el acabado, los daños son permanentes. Una pieza quemada disminuye su tiempo de vida útil al perder resistencia al desgaste, o cambiar su microestructura, por lo que las quemaduras deben evitarse a toda costa.
Las quemaduras en piezas pueden ser ocasionadas por vibraciones durante el proceso de rectificado, velocidad excesiva o el uso de muelas con una dure excesiva.
Las piezas fabricadas pueden tener rayas en su superficie aún después de recibir la pasada final. Este problema deteriora la calidad del producto y es necesario corregirlo.
Las marcas surgen cuando no se utiliza la muela adecuada. Para determinar cuál es el abrasivo idóneo para desempeñar una tarea, es necesario considerar las características del material a trabajar y la maquinaria que se utilizará.
Si la pieza está hecha de un metal de gran dureza, debes utilizar muelas blandas, de esta manera, los granos se desprenden a un ritmo adecuado. Al contrario, si el material es más blando, la muela debe ser más dura, para lograr el mismo efecto. Otro factor a tomar en cuenta en la composición de la rueda abrasiva que puede generar rayas o marcas es el tamaño del grano.
Como tal, el grano es la parte de la muela que desbasta la pieza trabajada. Si este es demasiado grueso para el nivel de acabado que necesitas, simplemente no cumplirá con lo esperado y dejará una superficie áspera e imperfecta.
Por otra parte, la elección errónea de una muela abrasiva puede ocasionar que el desprendimiento de granos sea irregular. Al no mantener su forma y dimensiones durante el proceso de rectificado, se obtienen superficies defectuosas.
Problemas al calibrar una máquina o el mal trabajo de un operario pueden ocasionar deformaciones de las piezas. Al imprimir una carga mayor en cada pasada, la muela puede sobrecalentar y deformar las piezas.
Para solucionarlo, es necesario volver a rectificar la pieza bajo condiciones adecuadas para alcanzar su forma idónea. La solución puede parecer sencilla, pero implica reiniciar el proceso, lo que supone un mayor gasto de recursos y de tiempo.
Pueden surgir vibraciones durante el proceso de rectificado que generan desperfectos en la pieza como quemaduras, marcas y deformaciones; o bien, desgastar más rápido de lo esperado la muela. Ambos casos suponen retrasos en la línea de producción y mayores recursos para fabricar una pieza.
Existen múltiples factores que provocan vibraciones durante el rectificado. Los casos más comunes están relacionados con la maquinaria: la rueda no está bien ajustada a la flecha de la máquina, o el eje no está bien lubricado. También puede ser ocasionado por un mal manejo del operario. La sobrecarga de la muela durante las pasadas o una superficie de contacto mayor a la necesaria. Además, una rueda demasiado dura puede causar el mismo efecto
Pueden existir varios factores al mismo tiempo que empeoren las condiciones del proceso. Las consecuencias pueden ser la obtención de piezas defectuosas o accidentes que comprometen la integridad del personal
Una de las tareas más importantes para mantener en óptimas condiciones las muelas abrasivas es el diamantado. Este proceso sirve para retirar la capa más superficial del abrasivo una vez que se ha desgastado lo suficiente o bien, cuando ha acumulado demasiada viruta. Mediante una pequeño segmento de acero con granos de diamante, el material inservible se elimina para descubrir una nueva capa de granos frescos.
Este proceso puede resultar rápido y sencillo, pero requiere de gran precisión. A menudo, los operadores no cuentan con los conocimientos suficientes para realizar esta tarea, por lo que el diamantado resulta irregular o insuficiente. Un diamantado deficiente deforma la muela y ocasiona acabados irregulares en las piezas producidas.
La elección y el manejo adecuados de abrasivos evita problemas durante el proceso de rectificado y en los productos finales. Contar con un proveedor que te asesore en todo momento, es la mejor forma de evitar defectos de fabricación.